Hace tiempo en la Sierra Huichola se presentó una sequía severa. El pueblo empiezo a sufrir de hambre y sed. Los sabios ancianos se juntaron para llegar a una solución y decidieron enviar a 4 jóvenes a conseguir comida; esos jóvenes representaban a los 4 elementos: agua, fuego, aire y tierra.

Al día siguiente los 4 jóvenes emprendieron su aventura, estaban hambrientos y cansados hasta que vieron un venado y salieron atrás de él. El venado era sabio y se dio cuenta que estaban cansados por eso los dejo descansar un día para seguir su viaje al día siguiente.

Los jóvenes persiguieron al vendado por semanas hasta llegar a la tierra sagrada Wirikuta (desierto de SLP, hoy camino sagrado de los Huicholes). Cuando llegaron al cerro de las Narices, el venado salto en dirección al lugar donde habita el espíritu de la tierra, los jóvenes lo persiguieron y trataron de encontrarlo pero simplemente el venado se desvaneció. En la desesperación un joven lanzo una flecha a unos peyotes que formaban la figura del venado, estos brillaban como una esmeralda.

Los jóvenes decepcionados y sin entender lo que paso, cortaron los peyotes que formaban la figura del venado y regresaron al pueblo. Al llegar a la montaña Huichola, todo su pueblo los estaban esperando. Explicaron lo sucedido a los sabios ancianos y estos repartieron el peyote entre su pueblo, y después, dejaron de sentir hambre o sed.

Desde entonces los Huicholes peregrinan desde la sierra Huichola hasta Wirikuta para pedirle a Dios lluvia, comida y salud para su pueblo. El peyote se convirtió en la planta sagrada del pueblo ya que representa al venado y al maíz que es su espíritu guía.